Hay un país donde la libertad y el deseo sexual están reprimidos al máximo. Para remediar esta falta de libertad, una compañía ofrece el alquiler de muchachas-androides, seres capaces de proporcionar todo aquello que por nosotros mismos no nos atrevemos a compartir. Es el mundo del futuro, un mundo donde existen seres sintéticos potenciados a través de hormonas. Se trata del último adelanto consistente en proporcionar placer sexual. Ya no hay suficiente con los ídolos de la canción ni con el resto de productos basados en la imagen. La posesión por parte del cliente ha de ser total. Así nacieron las Slave Dolls, "muñecas esclavas" mitad androides, mitad humanas. Son la cabeza visible de un proyecto que no ha hecho más que empezar.